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miércoles, 28 de octubre de 2015

Un gijonés acepta una condena por golpear a su hijo con un cinturón por no estudiar

Miércoles, 28 de Octubre, 2015

Un padre admite una condena de 80 días de trabajo comunitario, orden de alejamiento y comunicación con su hijo de 300 metros, más una indemnización al menor de 200 euros.

Los hechos por los que has sido condenado el padre son que pegó a su hijo con un cinturón  por no estudiar. El chico es un preadolescente de 12 años. Según el relato, el padre ordenó al hijo que se bajase los pantalones y ropa interior, y con un cinturón de cuero pegó al menor causándole lesiones en los glúteos y pierna izquierda, las cuales sin necesidad de asistencia médica curaron en 5 días.

La noticia no recoge dato alguno de si los padres del menor se encuentran separados, y tampoco en ningún momento aparece por medio el nombre de la madre. Pero es muy posible que existe separación de por medio. El castigo físico no es ni admitido ni adecuado en la educación, pero si algo podemos extraer de esta noticia es que este padre aún siendo padre (muy probable) de visitas, le importa la educación de su hijo. Los menores se aprovechan de las circunstancias, y quizás la sentencia también debiera haber contemplado el hecho de la orden del padre hacía el menor, pues es también obligación de los hijos obedecer a sus padres, y obligación también el atender a sus deberes, por lo que, sin justificar nunca la acción del padre contra el menor, dado que las circunstancias eran las que eran y estaban donde estaban, se echa de menos que en la sentencia no se contemplase algún tipo de reprimenda contra el menor por su desobediencia al padre, ya que de alguna manera si contribuiría a reforzar el interés del padre en los estudios del menor. De esta forma el menor aprende que no tiene que estudiar sino quiere.

Por otro lado si citar un caso real en donde un menor de 4 ó 5 años acudió al juzgado con su padre en un juzgado de Madrid con marcas del cinturón en las piernas. En este caso las lesiones fueron producidas también con un cinturón, pero por la madre. La misma madre, cubana, había reconocido en un juicio que se comía la nóminas, ¿saben ustedes que pasó? Se fue de rositas. El padre escuchó de casualidad una conversación, en tono grave, de una discusión de la juez del caso con la fiscal, en este caso era la fiscal quien quería condena para la madre, pues las marcas del cinturón eran más que evidentes. Al final la madre no sufrió la menor consecuencia. Es la diferencia de cuando la agresión es del padre a cuando es de la madre.

Los menores al principio cuando son pequeños quieren locamente estar con su padre, en muchos casos, son su mejor juguete. Después, según van creciendo, poco a poco van aprendiendo las ventajas que para ellos con su edad supone el tener un padre de visitas. Hay niños que con 4 añitos ya han dicho con toda tranquilidad a su padre que les da igual lo que el padre el padre no les deje hacer o no, pues con toda la sencillez y naturalidad que puede expresar un niño le dice a su padre que cuando vaya a casa de su madre lo hará. Muy consciente de las limitaciones del padre, ya a su edad. Eso con 4 años ya lo aprenden los niños, por la vía de los hechos, sin que nadie se lo cuente, pues lo viven, son niños no son tontos. Según van creciendo, y con la llegada de la adolescencia la situación se hace todavía más patente.

Fuente:
Javier Abril
http://www.elcomercio.es/gijon/201510/27/gijones-acepta-condena-golpear-20151027123935.html

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