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miércoles, 29 de agosto de 2012

Custodia compartida, lo mejor para minimizar los daños emocionales de los/as niños/as en caso de divorcio.

Miércoles, 29 de Agosto, 2012
lunes, 28 de marzo de 2011
La facilidad y rapidez para acceder al divorcio hace que una solución a la conflictividad entre la pareja sea una realidad social cada vez más urgenteEs ya muy normal encontrar niños y niñas de padres y/o madres divorciados/as en los centros escolares, e incluso los y las hay que ya han vivido una situación de divorcios y transiciones familiares múltiples
Voy a abordar este tema del divorcio tomando como referencia la edad escolar, dado que consta de una edad especialmente sensible a los cambios que puedan producirse respecto a la armonía y estabilidad dentro del hogar.
Los ocho años, por ejemplo, es una edad especialmente difícil. El niño o la niña ha alcanzado una capacidad intelectual muy poderosa pero carente de experiencias madurativas, y comienzan a ser especialmente sensibles a los sucesos trágicos que puedan acontecer: comprenden ya el significado de la muerte de personas queridas en toda su extensión, y lo que más temen es la ausencia, separación o ruptura de algún progenitor. Necesitan sentirse seguros/as, con un buen ambiente hogareño, protector y previsible para poder desarrollar en su más amplia dimensión sus nuevas capacidades cognitivas y sociales.
La falta de rendimiento escolar en niños/as que no habían fracasado con anterioridad, el decaimiento de sus habilidades motrices, la aparición de signos psicosomáticos novedosos y la tristeza, así como las respuestas auto-agresivas o contra otras personas, pueden ser los síntomas más evidentes de esta situación.
Involucrarles en el conflicto, presionándoles para tomar partido, ya sea por su padre o su madre, empujándoles a modificar sus afectos positivos, me parece una de las mayores crueldades que se puedan cometer contra un/a niño/a que, además de encontrarse sometido/a a una grave tensión emocional y afectiva, carece todavía de los suficientes recursos para entender y hacerse con la situación.
Los niños y las niñas no pueden resolver los problemas de las personas adultas, y éstas no deben empujarles a tomar actitudes de personas mayores, ni situándolos a su mismo nivel como colegas y confidentes, ni aproximándose a ellos/as con un tipo de afectividad física y psicológica similar a la que se brinda a un compañero o compañera. Esta actitud es propia de padres y madres inmaduros/as que poca o ninguna ayuda pueden ofrecer, pues ellos/as mismos/as la necesitan.
Lo ideal sería siempre que los padres y las madres estuvieran felices y satisfechos/as. Pero aunque la relación se rompa, siempre seguirá siendo posible la cooperación mutua y el apoyo solidario.
Lo mejor es un divorcio en el que los padres y las madres mantengan una relación cordial, en el que ambas partes se sientan responsables de la solución de los posibles problemas que se les puedan plantear, obteniendo como resultado una mejor adaptación social y escolar de los/as hijos/as.
Los estudios psicológicos más recientes llegan a la conclusión de que los niños y las niñas de familias con custodia y crianza compartidas se adaptan, posteriormente al divorcio, mejor que los niños y las niñas de familias con custodia individual.
En cualquier caso, el año posterior al divorcio suele resultar el más difícil y por ello ambos cónyuges deben de encontrarse más predispuestos para ayudar a los/as niños/as. La ayuda profesional del especialista o la especialista también puede contribuir a hacer más fácil la separación. Las consecuencias dependerán también del tipo de carácter y personalidad que ofrezca la criatura, así como de la calidad anterior de su crianza. Los niños y las niñas más maduros/as y responsables presentarán menos problemas de comportamiento aunque eso no significaría que podrían presentarse también dificultades de ansiedad o depresión.La vida de los niños y las niñas no se encuentra libre de padecimientos psicológicos y suelen ser las personas adultas, en muchas ocasiones, las principales responsables. Pero tanto unos/as como otros/as se encuentran necesitados/as de ayuda y atención. La orientación psicológica es buena y necesaria para los y las escolares, para los/as adolescentes, pero también para las personas adultas.
Hay muchas personas psicológicamente perdidas, que no reconocen que necesitan ayuda o se sienten avergonzadas de declarar su desorientación. Cada vez hay más abandono y soledad en un mundo en el que parece que no debería faltar la compañía. Todo va demasiado deprisa y parece que poco importa que los/as demás lo pasen mal. Es como si fluyese en el ambiente la concepción de que es mejor no preocuparnos por ello porque resulta engorroso y no reporta beneficios materiales. Pero quizá lo más importante de todo sea lo que menos se reconoce como tal: expresar a tiempo nuestros sentimientos y encontrar una mano tendida.
http://educacion-enrique.blogspot.com.es/2011/03/custodia-compartida-lo-mejor-para.html

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