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martes, 3 de mayo de 2016

La buena madre simplemente antepone sus caprichos a las necesidades de sus hijos

Martes, 3 de Mayo, 2016

Artículo de una madre con dos hijos, del cual  no podemos saber nada del padre de los niños, pues no se miente siquiera como alusión a que la responsabilidad de los hijos recae también sobre el padre de igual forma que sobre la madre.

Sí hay algunas partes del texto que nos han llamado la atención, pero solo vamos a citar dos:

  • Elegí tener hijos como podía haber elegido tener peces de colores o estudiar arquitectura.
  • Y todo porque en lugar de adaptar la crianza de dos criaturas a esta locura de vida, he vivido mis días improvisando según mis propias apetencias.

De la primera nos parece que no hay nada comparable con tener un hijo. Pero no solo para la mujer que es quien experimenta en su físico los grandes cambios, y además quien soporta la carga durante el embarazo (sin lugar a dudas), para cualquier varón el hecho de tener descendencia marca un antes y un después. Pero si es cierto que según la educación de cada cual esta visión puede vivirse de formas muy variados, y más teniendo en cuenta que desde la ideología de género se considera en primer lugar que la persona debe vivir para ella y por ella, por encima de los demás, y que consideran el derecho de la madre a descuartizar a sus propios hijos por encima del de los propios seres humanos.

Del segundo punto encontramos una concomitancia en el tema de los hijos de padres separados,  y puesto que pueden juzgarse sus palabras de forma injusta, vamos simplemente a exponer algunos de los porqués, que quizás siquiera tengan que ver con la actitud de la protagonista del texto. Tras la separación nos encontramos con madres que acuden a los juzgados con el afán y la pretensión de limitar cuanto más mejor el contacto de los hijos con su figura paterna. Una madre o un padre, que intenta que la relación de sus hijos con el otro progenitor se limite, o se extinga, no puede ser considerada buena madre, ni buen padre.

Una madre mira por el interés de sus hijos por encima de los suyos propios, y por desgracia el mito "como una madre no hay nada", ha quedado destrozado en pedazos para muchos hijos, pues con la separación vemos muchos casos en donde la madre prioriza sus deseos egoístas personales por encima de las necesidades de sus hijos. Madres (padres igual, aquellos que así se comporten)  que se marchan con sus hijos a la población o país de su nuevo novio, madres que predisponen en contra del padre a sus hijos, esto no son actitudes de una buena madre con sus hijos, lo mismo que no lo serían por parte de un padre.

Madres y padres buenos, los hay y muchos, pero malos también, tanto hombres como mujeres. Si un hombre o una mujer, considera su derecho a ser feliz, por encima de las obligaciones que como madre o padre tiene con sus hijos, no puede nunca ser considerado como buen progenitor por mucho que la justicia ampare su actitud, o por mucho que ideologías o modas consideren normal dichas actitudes.

Pero vivimos en una sociedad de un siglo XXI, en donde es visto como normal y como derecho que la mujer descuartice a sus hijos a su antojo o capricho, según le venga bien o no en ese momento, y en donde las criaturas que se salvan de esa quema, después son considerados como objetos cuyos derechos a ser cuidados también por su padre son alquilados por la justicia a la madre a cambio de dinero.


Artículo fuente escrito por DIANA ALLER

Fuente:
Maria Gonzalez
http://elpais.com/elpais/2016/05/01/tentaciones/1462093194_159465.html

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