«Tenemos varios treintañeros que cobran la pensión alimenticia»

Jueves, 20 de Febrero, 2014
 Enlaces:

- Ángel Luís Campo Izquierdo, magistrado del juzgado de familia 8 de Gijón (video)
 - «Los colegios tienen que conocer el contenido de las sentencias de separación y divorcio»
- JORNADAS CUSTODIA COMPARTIDA | Granada Parte 4

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Ángel Luis Campo, en su despacho, donde hay una bandera española de grandes dimensiones, «la bandera del Estado y de todos»

- «Muchas veces perciben becas o ayudas que utilizan para sus gastos o para salir de copas cuando los padres tienen problemas económicos»
- Ángel Luis Campo. Juez de familia

Ángel Luis Campo (Oviedo, 1960) es titular del juzgado de primera instancia número 8 de Gijón. El magistrado, que avanza hacia los 28 años de carrera y tiene cuatro hijos cuyo futuro le preocupa mucho, no se muerde la lengua y pide «que se cree la especialidad de juzgados de familia y que tengan competencia en todo el territorio, porque ahora solo los ciudadanos de Oviedo y Gijón tienen acceso a ellos». O más recursos: «Material informático y papel, que parece que nos lo comemos. Cada vez hay menos».

-¿Le gusta el ministro Gallardón?

-No. Hay muchas reformas que no comparto. Nos crean una inseguridad tremenda con tantas reformas. Al final, ya no sabes ni qué ley aplicar.

-Y tiene usted un crucifijo colgado en la pared de un edificio público. ¿Es legal?

-Este es mi despacho. ¿Que la gente no quiere entrar? Para eso está la sala de vistas. Se está dando palos continuamente a los católicos, pero no a otras religiones. No puede haber crucifijos en los centros educativos, pero las niñas musulmanas sí pueden ir a clase con pañuelo. ¿Y por qué no se puede celebrar la Navidad en los colegios? Libertad para todos. Lo que no se puede es imponer por la fuerza.

-¿Podrían ser reminiscencias de la dictadura?

-Si ya nadie se acuerda de Franco, que hizo cosas malas, pero también cosas buenas, como todos. ¿Quién ha hecho más por el agua en España? Embalses, regadíos... ¿Pero por qué hay que recordar eso? Estamos siempre mirando al pasado, no al futuro. Y así nos va.

-Se intuye que es conservador.

-Los he votado a todos menos a IU, que, sin embargo, son los únicos que realmente han apoyado iniciativas para mejorar la Justicia en Asturias. Y esta vez no sé a quién votar.

-Ha habido muchas quejas por las deficiencias del Palacio de Justicia gijonés.

-Las hubo y las habrá porque como se hacen las cosas mal... Este edificio es mejor que el de Oviedo, pero tiene cosas malas por lo de siempre: porque no se consulta nada ni se pide la opinión de los que vamos a trabajar en él.

-Ponga algún ejemplo.

-Hay pocos ascensores, en las salas de vistas no funciona la calefacción, los funcionarios están hacinados, los archivos no están al lado del juzgado, con lo cual estamos todo el día para arriba y para abajo, y muchas veces tenemos que andar a codazos para entrar porque hacen un tapón en el arco de seguridad... Eso no es normal.

-Actualidad: ley del aborto.

-En el plano personal, soy católico practicante y, obviamente, estoy en contra. Pero creo que, en esta vida, lo que hay que hacer es respetar a todo el mundo, sus ideologías. Lo que pasa es que estamos en un país en el que ahora hay una ley y dentro de unos años, si gobiernan otros, habrá otra. Un país en el que abogamos por la libertad y luego no dejamos que la gente tome decisiones. No imponer ni regular cada cuatro años. Nos vuelven locos.

-Con la anterior parecía se había logrado cierto consenso social.

-Por lo menos, en la sociedad no había problemas. El aborto es un tema de conciencia, no legal. Cada uno sabrá lo que tiene que hacer. Y creo que, en estos momentos, hay cosas mucho más importantes sobre las que los políticos tendrían que actuar. Cosas como que nos están recortando el sueldo, las ayudas y el material de trabajo... Y luego ves cosas que no cuadran, como que, por otro lado, se despilfarra.

-¿La crisis ha multiplicado el trabajo en este juzgado de familia?

-Se multiplica porque hay mucha economía sumergida. Los juzgados de familia trabajamos muchas veces con información que no es veraz. Hay gente que declara 426 euros y tiene un nivel de vida de 1.500 o 1.800 euros.

-¿Cómo demostrarlo?

-Es muy difícil. Los juzgados necesitamos medios para investigar. Sería muy fácil. La que sabe lo que tenemos cada uno es Hacienda. Si Hacienda nos diese una información rápida y actualizada, de lo que tiene cada persona, se acabarían muchos problemas.

-¿Se considera usted un juez estrella de ámbito regional?

-Yo creo que no. No busco nada. Lo que ocurre es que no me callo. La gente no se tiene que callar. Lo que no se puede hacer es que, si hablas de una cosa que no es políticamente correcta, te sancionen o te limiten. De forma respetuosa, pero hay que hablar.

-Se lo pregunto porque, de vez en cuando, se desmarca con declaraciones tan jugosas como que estamos inmersos en una «guerra de sexos».

-Quieres la igualdad para cuando te interese. Cuando no, diferencia de sexos. Eso no sirve: o hay igualdad o no la hay. Si a la hora de casarse se les lee que hay igualdad en las tareas del hogar a los cónyuges, también hay igualdad para cuidar a los hijos a la hora de separarse. Eso es así de claro.

-Sigue sosteniendo que las mujeres tienen privilegios, lo que le ha granjeado no pocas críticas.

-A lo mejor porque les he dicho que tienen privilegios que hay que suprimir. Que haya igualdad, que es lo que quieren. La situación está cambiando, pero, hasta ahora, en los procesos de familia, había una parte beneficiada por las resoluciones: las mujeres. Eso está en las estadísticas.

-Lo que disminuyen son los divorcios y las separaciones, ¿o no?

-Hubo una época en que sí. En 2012 y 2013. Ahora ya estamos en el mismo nivel que siempre. Lo que sí ocurre es que hay muchos más con Justicia gratuita. Cuando tiene que ser una excepción, ahora es la norma. Lo que tendría que hacerse en este país es establecer un copago en el que, en función de lo que ingreses, tendrás que pagar más o menos por la Justicia. Porque, aquí, todo lo que es gratis se minusvalora. Se abusa. Tendría que ser gratis para quien cobre menos de 500 euros pero, a partir de ahí, en función de sus ingresos, vas a pagar un porcentaje. No podemos estar celebrando juicios para resolver una cuestión de cien euros cuando está demostrado que un juicio le cuesta al Estado entre 1.500 y 2.000 euros. Busca alternativas. Crea un juzgado de paz para esas tonterías.

-¿Por qué tantas parejas rotas se enzarzan en guerras judiciales?

-Porque no hay una cultura de soluciones alternativas al conflicto. Mediación, terapias... Eso ayudaría mucho. Este año tenemos cien asuntos más que el año pasado. Y la escalada se repite año tras año. Hay mucha obcecación de las partes y poca comunicación en los procesos de familia.

-¿Cuántos procesos concluyen de mutuo acuerdo?

-Un 60%. Hay mucho mutuo acuerdo, pero hay que tener mucho cuidado con ellos porque, a veces, son un poco forzados y, en cuanto viene el más mínimo problema, eso deviene en problemas de ejecución.

-¿Aumentan también las ejecuciones de sentencias por impago de pensiones alimenticias?

-Sí. Hay muchas. Ahí sí que tenemos un problema de ejecución generalizado. Yo creo que habría que crear un servicio común de recaudación y poder actuar muy rápido para localizar los bienes, para embargarlos y para hacer efectivas nuestras resoluciones. Solemos tener entre 150 y 200 ejecuciones al año. Pero las cosas empeorarán con la nueva Oficina Judicial. Le tenemos pánico. Hemos luchado mucho, mucha gente, para tener el juzgado al día. Estamos en febrero y estamos señalando juicios para este mismo mes. Que, por narices, se imponga algo que se ha demostrado que te va a retrasar dos o tres años te quita la ilusión.

-Muchos de esos progenitores no tienen recursos para pagar. Incluso hay un fallo en el que un padre quedó eximido de abonar la pensión porque su hijo tenía más bienes que él.

-Sí. Muchos. Pero la gente, aunque no tenga dinero, tiene hijos y tiene una responsabilidad. Por eso hay que establecer un mínimo vital y hay que obligarles a que se esfuercen, no el 100%, sino el 200%, para mantenerlos.

-¿Son muchos los treintañeros que perciben la pensión?

-Algunos. Se olvida que los hijos tienen la obligación de contribuir a las cargas familiares. Y hay muchas veces que cobran becas o ayudas y se viene aquí diciendo: «Es que ese dinero es para gastos, para las copas, para salir». Y resulta que los progenitores, con problemas económicos, tienen que seguir pagando los alimentos. No. Primero para las necesidades y, si sobra, para ocio. De eso sí hay bastante. No sé si por mala información o por mala uva.

-¿Y son legión quienes deben pagar un alquiler y una hipoteca?

-El Supremo está abriendo un poco la mano. El uso ya se establece como norma general hasta que los hijos tengan 18 años. Cuando los cumplen, pierden el derecho a la casa y, a partir de ahí, hay que discutir si es para el padre, para la madre, para ninguno o para los dos. Y también se está abriendo la mano hacia la custodia compartida.

-Tras vencer muchas reticencias.

-El cambio ha sido brutal. Ahora no hay que probar que la custodia compartida es buena. Al revés: hay que probar que es mala. Es un cambio de chip muy importante.

Cinco secuestros de menores

-¿Para cuándo un protocolo de actuación para que los colegios sepan cómo actuar en caso de divorcio de los padres de un alumno?

-El protocolo ya existe. Está redactado y en un cajón de la Consejería de Educación. Estuve unos meses trabajando con los inspectores de educación y creo, modestia aparte, que hicimos un buen trabajo, que iba a ayudar mucho a los centros, donde el personal directivo tiene problemas diariamente porque no saben qué hacer. Por ejemplo, a quién entregar las notas.

-¿Se ha enfrentado a algún caso de secuestro de menores?

-Sí. Hemos tenido cinco casos y los hemos resuelto rápidamente. Lo que tiene que hacer el juez es localizarlo en menos de 48 horas y, en esto, la Policía sí funciona muy bien.

-Es muy crítico con la legislación contra la violencia de género.

-Así es muy peligroso meterse. Creo que es una ley que debería cambiarse. Primero, hacia la igualdad. Debería contemplar la violencia en ambas direcciones, del hombre contra la mujer y de la mujer contra el hombre. Y, segundo, la violencia de género es graduable. Hay que examinar cada caso concreto y evaluar si cabe o no la mediación. Porque hay supuestos de violencia en los que los dos sujetos están en igualdad de condiciones. Y otros que son leves, inherentes a las situaciones de crisis de pareja, donde se podría mediar. La mayoría de los casos de violencia son casos de violencia leve.

-Está usted, incluso, en contra de la paridad.

-Es que eso no es igualdad, porque con la paridad no se valora el esfuerzo o los méritos.

-Último asunto: la infanta Cristina ha dicho que ella no sabía nada de lo que se cocía y que confiaba en su marido.

-Se ha sentado ante el juez y declarado lo que ha querido. Cualquier persona tiene derecho a no declarar, a cantar una jota o a defenderse con todos los medios que tiene a su alcance. El imputado tiene derecho incluso a mentir. No digo que mienta: digo que tiene derecho a decir lo que le dé la gana. Si queremos que todos seamos iguales. La Infanta tiene el mismo derecho que un raterillo. Otra cosa es que el juez se lo crea o no.

-¿Tiene futuro la monarquía?

-A mí, ni fu ni fa. En realidad, tampoco tienen tanto poder de decisión. Gastan más los políticos y ahí sí que no veo futuro.

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http://www.elcomercio.es/v/20140217/asturias/tenemos-varios-treintaneros-cobran-20140217.html



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