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miércoles, 27 de noviembre de 2013

Censurar el libro 'Cásate y sé sumisa', un gran error del Gobierno de Rajoy

Miércoles, 27 de Noviembre, 2013
Enlaces:
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La ministra Ana Mato pide que se retire la publicación editada por el Arzobispado de Granada porque no comparte "ni el título ni el contenido" y lo considera una "falta de respeto" a la mujer. ¿Desde cuándo entra en las atribuciones del Gobierno la censura a la cultura?
A la católica Ana Mato le gustaría "que se retirara el libro" Cásate y sé sumisa
Un nuevo paso adelante en la censura ideológica contra el libro Cásate y sé sumisa, de la periodista italiana Costanza Miriano, pero en este caso proveniente desde las filas del propio Gobierno de Mariano Rajoy. La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, ha pedido que se retire el libro, editado por el Arzobispado de Granada, porque no comparte "ni el título ni el contenido" y lo considera una "falta de respeto" a la mujer.
"No comparto en absoluto ni el título ni el contenido y me gustaría y así lo he pedido que se retirara ese libro, creo que no es nada adecuado y que es una falta de respeto a las mujeres", ha precisado la ministra en declaraciones a RTVE, sumándose así a la polémica que ha suscitado el libro.
También ha explicado que "de momento" no he obtenido "ninguna" respuesta sobre su petición de retirada y ha insistido en que espera que se retire pues, a su juicio, "ninguna mujer ni la mayoría de la sociedad" comparte el título ni el contenido del mismo.
Hace dos semanas, la directora del Instituto de la Mujer, Carmen Plaza, siguiendo instrucciones de Mato, envió una carta al Arzobispado de Granada para que
reconsiderara la publicación del libro 'Cásate y sé sumisa' porque no encajaba en los valores de igualdad que cualquier institución pública debe defender, según fuentes de la Secretaría de Estado de Igualdad. 
Por su parte, el Arzobispado de Granada ha afirmado que no ve razones para que la editorial Nuevo Inicio, que depende de la diócesis, lo retire. "No hay ningún cambio" sobre la postura de la diócesis acerca del libro, señalaban este domingo.
El arzobispo, Francisco Javier Martínez, ya hizo un comunicado el pasado día 15 en el que subrayaba que la polémica generada es "ridícula e hipócrita" y que le consta que el libro "está ayudando a muchas personas" porque es una obra "evangelizadora" que "no justifica, excusa o promueve ningún tipo de violencia contra la mujer",

Censura injustificada

En ese sentido y con la escalada crítica que desde la perspectiva de la ideología de género y lo políticamente correcto se está practicando, en esta ocasión desde el Gobierno, cobran relevancia las palabras de Miriano cuando recientemente respondía a los ataques recibidos desde España: "mi libro sería el primer libro censurado en España desde el régimen de Franco".
 "Me disgustaría, porque habla a mujeres resistentes y hombres egoístas. Se podría intentar darle una ojeada. La mayor parte de la gente se ha reído con gusto (en muchas librerías está en la sección de humor). O bien siempre se puede no comprarlo", añadía.
"El problema no es tanto el arzobispo sino, finalmente, la dictadura de la ideología de género, que como es falsa ha de imponerse con la fuerza", concluía.
También la editorial Nuevo Inicio detallaba recientemente el sentido del libro, ante las numerosas críticas recibidas desde la clase política y los medios de comunicación, a pesar de que muchos de los críticos reconocen que ni tan siquiera se han leído el libro.
"El problema no es, por lo tanto, según parece, el contenido del libro, sino más bien su título y concretamente la referencia a la 'sumisión', palabra que está tomada en este contexto de los escritos de San Pablo y que no tiene nada que ver con la violencia, como puede comprobar cualquiera que se acerque con buena fe a tales escritos y a su interpretación en la tradición cristiana", afirmaban en un escrito enviado a Religión en Libertad.
"De nada han servido las explicaciones que la misma autora ha dado a los medios españoles que la han entrevistado, en las que aclara que, como se puede leer en el libro, el término 'sumisión' remite al hecho de que tanto el hombre como la mujer son dos pobrezas que se encuentran, y para que ese encuentro sea pleno no sirve de nada que reclamen a gritos uno del otro una lista de 'derechos'".
"Los partidos políticos se unen para pedir que el libro sea retirado de la venta. Sería el primer libro censurado en España desde el fin del régimen franquista. Un dudoso honor que no nos agradaría, pues, como ha escrito hoy mismo la autora en un diario italiano, este libro quiere hablar a mujeres endurecidas y a hombres egoístas que, si quisieran, podrían echarle una ojeada y encontrar ayuda en él", destacan, coincidiendo con la autora.

Censura a la cultura... ¿desde el Gobierno?

Sin embargo, esta censura ideológica cobra una especial relevancia cuando proviene del Gobierno, y en particular de la ministra de Sanidad, la católica Ana Mato, ya que un Gobierno no puede postularse sobre qué libros pueden ser vendido o cuáles no. No está en sus atribuciones. O tiene base jurídica para actuar y actúa o mejor calla. De lo contrario, está ejerciendo el papel de censor.
 Cabe preguntarse qué pasaría si el propio Gobierno hubiera dicho lo mismo sobre un libro que fuera ofensivo con la Iglesia. A buen seguro le lloverían las críticas. En este sentido, o hay libertad de expresión y ésta queda limitada solo por lo que establece la ley, y para eso están los jueces; o no hay libertad de expresión y hay directrices ideológicas. Y este parece ser el caso, ya que lo que hay es un libro que expresa unas tesis que no son las del feminismo y la ideología de género.
Pero, al mismo tiempo, se aceptan libros ofensivos contra la Iglesia, contra los valores religiosos, contra la familia... y nadie dice nada en nombre de la libertad de expresión, lo que manifiesta una inmensa hipocresía y oportunismo. ¿Por qué sucede esto? Más que probablemente porque la editorial Nuevo Inicio y el obispo de Granada son política y económicamente débiles. Si no fuera así, Mato callaría.
También habría que preguntarse si la reacción crítica hubiera sido parecida ante un título como Cásate y rebélate. Aunque esta consigna no tenga nada de positivo, probablemente no hubiera habido reacciones.
Entonces, ¿por qué la rebelión es intrínsecamente buena y la sumisión, en el sentido cristiano, aunque nazca de una voluntad propia y en el contexto de la epístola de San Pablo, ha de ser intrínsecamente perversa?
Lo lógico sería pensar que las dos expresiones pueden ser positivas o negativas en función de los fines con que se utilizan y los medios que se emplean para llevarlos a cabo. Si la sumisión atenta contra la dignidad de la persona es obviamente negativa, pero si es practicada desde un punto de vista que pone de relieve la voluntad y servicio al otro, no se puede considerar que lo sea.
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