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miércoles, 27 de marzo de 2013

Condenado a 43 años por matar a los hijos de su novia, declarada coautor

Miércoles, 27 de Marzo, 2013
Estrada, autor confeso del crimen, durante el juicio.
- Ambos son condenados también por malos tratos previos a los pequeños
- La sentencia resalta la "violencia permanente" de la pareja
El autor confeso del crimen de dos mellizos de 10 años en A Coruña en agosto de 2011, Javier Estrada, ha sido condenado a 43 años y siete meses de prisión. La madre de los pequeños y por aquel entonces novia del procesado, María del Mar Longueira, deberá cumplir 12 años y nueve meses por homicidio imprudente por haber dejado a los menores a cargo de su pareja pese al "riesgo evidente" que suponía para ellos.
La sentencia de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de A Coruña, dada a conocer este martes, considera probado que Estrada mantuvo una discusión con su entonces pareja en la noche del 20 al 21 de agosto de 2011 y quedó "molesto y enfadado". Al día siguiente se quedó a cargo de los niños y los mató a golpes.
Según recoge la sentencia, Estrada se quedó con los niños por la mañana y ya por la tarde discutió con ellos porque uno tiró un reloj al suelo y empezó a agredirles. Durante la agresión se rompieron los estantes de madera de un armario y empezó a pegar a los menores con dos de ellos y, a continuación, con la parte metálica de un sillín de bicicleta. Les golpeó "con la conciencia y la voluntad de acabar con la vida de los dos niños" y finalmente fallecieron.

'No me pude controlar'

Durante el juicio celebrado a principios de marzo en A Coruña el procesado declaró que los mató porque "no me pude controlar", pero aseguró "no me arrepiento". El día de los hechos acabó llamando a la Policía para confesar el crimen, pero antes, y durante una hora, estuvo limpiando los restos de sangre que habían dejado los niños, se ducho y "preparó sus objetos personales con la intención de huir, si bien finalmente optó por no hacerlo". Luego cambió de idea.
La sentencia le impone 18 años de prisión por cada uno de los dos delitos de asesinato y 11 meses de prisión por cada uno de los dos delitos de maltrato familiar de los que fueron víctima los mellizos. El tribunal no tiene duda de que lo que cometió fue un asesinato porque hubo alevosía (a uno le golpeó 10 veces y al otro siete) y porque tenía "ánimo de matar" a los pequeños.
La sentencia contempla las circunstancias atenuantes de confesión y de alteración psíquica, pero esta última no es eximente de sus actos, tal y como pedía la defensa del procesado, porque pese a encontrarse a tratamiento psiquiátrico podía "comprender la ilicitud de sus actos" y no tenía alteradas sus "capacidades volitivas".

La madre, coautora

El fallo judicial atribuye a María del Mar Longueira dos delitos de homicidio imprudente y varios de maltrato familiar y la declara coautora junto al otro acusado de dos delitos de malos tratos habituales y nueve de maltrato familiar.
El tribunal le considera que contribuyó por imprudencia a la muerte de sus hijos porque "incumplió" con su obligación de cuidarles y les dejó con su novio a pesar de que sabía que les maltrataba "de manera reiterada" y tenía una "una actitud violenta" con ellos. Los niños "no estaban debidamente atendidos por la madre", que actuó "con dejadez".
Esta afirmación de la sentencia se sustenta en las declaraciones de varios testigos durante el juicio. De hecho, la mujer se sentó en el banquillo de los acusados enfrentándose a 11 años de prisión y acabó condenada porque tanto el fiscal en sus conclusiones como el tribunal consideran probado que varias personas le advirtieron de que debía dejar a su pareja y presenciaron episodios de malos tratos hacia los niños que incluso llegaron a ser denunciados ante los Servicios Sociales de A Coruña.

'Violencia permanente' hacia los niños

Según la sentencia, además del día en que les mataron, tanto la madre de los mellizos como su novio les sometían a episodios continuos de malos tratos. Los menores "vivían en una situación de violencia permanente" en su hogar.
Esta situación comenzó cuando la pareja se conoció a través de una agencia de contactos y empezó una relación de convivencia en el año 2010. Ya antes de esta relación, cuando la madre compartía piso con la abuela de los niños y su otro hijo, ella profería gritos, descalificaciones y "frecuentes golpes" a los mellizos.
Cuando empezó a vivir con Estrada, "el comportamiento violento de la procesada con sus hijos no sólo continuó, sino que se exacerbó por la presencia del acusado", que tenía hacia los niños "una actitud absolutamente agresiva", con gritos, empujones, bofetadas, insultos o tirones de orejas, comportamiento "contemplado, conocido y aceptado" por la madre.
http://www.elmundo.es/elmundo/2013/03/26/espana/1364333168.html

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