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Miguel Ángel Orellanahttp://www.elsemanaldigital.com/igualdad-otra-cueva-de-ali-baba-un-informe-revela-los-chanchullos-de-aido-126568.htm
La polémica ex ministra sigue haciendo su vida en Nueva York. Ajena a la realidad que dejó tras de sí, el Tribunal de Cuentas le ha propinado un duro varapalo a su gestión.
Suma y sigue. El Tribunal de Cuentas ha continuado certificando el desmadre del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Nada, ni siquiera el rumbo de la economía patria hacia el precipicio, les arruinó la fiesta a los socialistas. Subidos al machito del poder era verdad la frase de la exministra Carmen Calvo cuando dijo aquello de que el dinero público no era de nadie.
En un demoledor informe remitido esta misma semana al Congreso de los Diputados al que ha tenido acceso El Semanal Digital, el órgano fiscalizador del Estado advierte de irregularidades en diversos contratos realizados por el extinguido Ministerio de Igualdad de Bibiana Aído por un importe total de 3.663.000 euros, correspondientes al ejercicio 2009. El objeto de dichas contrataciones fueron obras, gestión de servicios públicos, suministro, servicios y administrativos especiales.
Como resultado del análisis realizado, el Tribunal de Cuentas presidido por Ramón Álvarez Miranda, observa adjudicaciones alejadas de criterios objetivos y "cuya ponderación dependía de un juicio de valor", textualmente. Esta práctica "no resultó acorde con el carácter secreto que deben tener las proposiciones hasta el momento mismo de la licitación pública y redunda en perjuicio del principio de transparencia" que debe regir en la contratación administrativa.
De hecho, el informe detecta en dos contratos la ausencia de concreción suficiente del contenido y la forma o método de valoración de alguno de los criterios objetivos de adjudicación aplicables, "en perjuicio de la objetividad y transparencia establecidas". Como ejemplo de estas deficiencias, cita entre otros un contrato cuyos pliegos incluyo como criterios de adjudicación, entre otros, "el programa de trabajo", valorado hasta un máximo de 20 puntos, y "otras mejoras", valorado hasta un máximo de 5 puntos, sin establecer mayor precisión al respecto.
¿Igualdad? ¿Qué igualdad?
Para mayor escarnio, llama la atención que el Ministerio de Igualdad "no estableció en la contratación condiciones especiales de ejecución con el fin de promover la igualdad entre mujeres y hombres en el mercado de trabajo, ni tampoco estableció, con este mismo fin, la preferencia, en caso de igualdad en los restantes criterios, en la adjudicación". En otras palabras, el departamento de Aído obvió en las condiciones su única razón de ser.
En este ámbito, únicamente cabe citar un contrato, cuyo objeto fue el servicio de limpieza de las instalaciones del ministerio, en el que fue incluida la siguiente condición: "El contratista se obliga a contar como mínimo con un 50% de mujeres entre el personal que vaya a ejecutar el contrato, sin que afecte a los trabajadores que ya pertenezcan a la empresa". La citada condición resulta, a ojos del Tribunal de Cuentas, "innecesaria e inadecuada", al tratarse de un sector de la actividad empresarial, en el que las mujeres no están subrepresentadas, sino más bien al contrario, puesto que existe un alto nivel de concentración de trabajo femenino.
En sus conclusiones, el informe de fiscalización habla de "significativas omisiones en los contratos, numerosas deficiencias". Entre otras, omisión en gastos de publicidad de la licitación, pero también ausencia de cláusulas sociales que determinen la preferencia a favor de empresas con un número de trabajadores discapacitados mayor del 2% en plantilla, o aquellas que incluyan medidas tendentes a promover la igualdad efectiva entre hombres y mujeres. Pero además el Tribunal de Cuentas subraya la falta de diligencia o "incluso la inactividad de la propia Administración" como causas de algunas licitaciones por el procedimiento de urgencia.
Pero sorprende aún más que el órgano fiscalizador carezca en algunos casos de "constancia de la realización total de los contratos a satisfacción de la Administración ni las actas formales de recepción del objeto de los contratos" que, a veces, se sustituyen por recepciones parciales o provisionales. La guinda: Los expedientes de contratación de obras reflejan la "excesiva frecuencia con la que, en este tipo de contratos, se producen incidencias durante su ejecución que conllevan incrementos de costes y de plazos de ejecución".
El Tribunal de Cuentas elude decirlo negro sobre blanco pero sin duda apunta a las claras a contrataciones a dedo. El regalo, presente o dádiva debía ser lugar común en Igualdad. A estas alturas, Bibiana Aído ni está ni se le espera. La que fuera la ministra más joven en acceder a un Gobierno sigue cómodamente exiliada en Nueva York como asesora especial de la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Michelle Bachelet.
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