CUSTODIA PATERNA: ¿Nos cuesta 100 millones de dólares colocar a las señoras Pajín y Aido?

sábado, 7 de julio de 2012

¿Nos cuesta 100 millones de dólares colocar a las señoras Pajín y Aido?

Sábado, 7 de Julio, 2012

Pues yo creo que no. Me explico, es seguro que hemos desembolsado esa astronómica cantidad, parte de ella en tiempos ya de penuria, a los dos organismos en los que han aterrizado las antiguas ministras socialistas. Sería posible incluso que la cifra sea mayor que la mencionada, pero sinceramente, y no soy yo precisamente un acendrado defensor de la política exterior de Zapatero, estoy convencido de que esas jugosas aportaciones no se hicieron para facilitar un colchón mullido a Pajín y Aido cuando decidieran apartarse momentáneamente de la política. Se realizaron fundamentalmente por otras razones.

El origen de los numerosos premios de lotería que el magnánimo Zapatero otorgó a diversos organismos internacionales se encuentra en el brusco aumento de la ayuda al desarrollo que introdujo su gobierno. En su buenismo, encomiable hasta cierto punto, y en su adanismo ("yo fui el primero que llevó la ayuda al desarrollo a cotas desconocidas en nuestro país") el equipo zapateril incrementó tan rauda y espectacularmente los fondos para la ayuda al tercer mundo que pronto descubrió que nuestra maquinaria administrativa no tenía capacidad para gastarla. Ni siquiera teniendo en cuenta los despilfarros inevitables y la selección de más de un proyecto disparatado que la repentina riqueza trae consigo.
Se pensó, entonces, que un buen destino de ese dinero sería entregarlo a organismos internacionales que se ocupan del desarrollo. Surgen entonces el Programa de la Onu de la mujer ('UN Woman') donde ha sido acogida la señora Aido y la Oficina Panamericana de la Salud que ahora albergará a la señora Pajín.
Que España donara fondos al Programa de la mujer no debe escandalizar. Esa Oficina de la Onu lucha, con mediano éxito, por conseguir objetivos loables, la igualdad de los dos sexos, acabar con la violencia de género, lograr una mayor presencia femenina en las instancias políticas etc... Yo voto a favor de echarle una mano.
Ahora bien, que España se convirtiera al final de la década anterior en la PRIMERA DONANTE DEL MUNDO MUNDIAL muy distanciada de la segunda me causa extrañeza aunque no se le vieran del todo las orejas al lobo de nuestra bancarrota. Nuestras estrecheces eran previsibles. Pues sí, en momentos en que Francia donaba algo menos de medio millón de dólares al organismo, Finlandia, que era la campeona, unos 14, el gobierno de Zapatero se descolgó concediendo un año la cantidad de 32 millones y otro de 23. Para rumbosos, nosotros.
¿Se extraña alguien de que, cuando quisimos colocar un año más tarde a la señora Aido, la Jefa del organismo onusiano en cuestión, la antigua Presidenta chilena Bachelet pudiera difícilmente negarse a acogerla aunque alguno de sus colaboradores haya contado que la chilena no tenía mayor interés en la llegada de la española? Era difícil; si un donante de los 192 paises de la Onu aporta un porcentaje brutal de tu presupuesto(más que Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, China, Canada, Italia...juntos) ¿cómo te vas a negar a darle un plato de lentejas a Aido si te entregan la primogenitura de un cheque suculento?
Ahora, con Pajín ocurre otro tanto. A nuestro Presidente le hizo tilín entrar en un proyecto sanitario para Centroamérica en el que se codea con el primer y el tercer hombre más rico del mundo, con Slim y Bil Gates. Nuestra aportación, como la de los dos magnates, será de un mínimo de 40 millones de dólares. Según algunos ascenderá a 55. Zapatero, una vez más podía sacar pecho ("yo fui el primero que con dos multimillonarios me embarqué...").
Aclararé de nuevo que la idea de gastarnos los cuartos en un proyecto serio en Centroamérica no me parece en absoluto censurable. ¿Dónde mejor? Era, por supuesto, más interesante que la de favorecer la copulación de los hipopótamos africanos que se aprobó en las postrimerías del zapaterismo. Ahora bien, con la que estaba cayendo en España al final de la década comprometerse esas cantidades tan considerables era un poco temerario.
Concluyendo, no me resulta convincente que estamos patrocinando proyectos casi faraónicos dada nuestra situación económica porque queríamos colocar a dos jóvenes socialistas que por su mediocre bagaje y su precariedad en los idiomas (¿cómo se va a desenvolver la señora Pajín en Washington?) eran bastante incolocables internacionalmente. No lo creo. Pero no tengo la menor duda de que, como en 'El padrino', la petición de España, después de nuestra largueza, era algo que los dos organismos "no podían rehusar". Más infiere si los puestos de las dos españolas son bastante irrelevantes en el seno de esas organizaciones.