Cataluña elabora un protocolo contra los malos tratos a ancianos

Sábado, 21 de Julio, 2012

La Generalitat ha elaborado un protocolo de actuación contra los malos tratos a personas mayores que anima a "romper el silencio cómplice", tras recibir el último año 1.100 denuncias por maltrato a ancianos y constatar que la crisis económica está agravando las tensiones en el seno de las familias.
El conseller de Bienestar Social, Josep Lluís Cleries.

El conseller de Bienestar Social y Familia, Josep Lluís Cleries, que ha presentado hoy el protocolo, ha hecho un llamamiento a denunciar los casos de maltrato físico, psíquico o económico a personas mayores, porque "una de las formas de generar maltratos es silenciarlos y hay que romper con este silencio cómplice".
Aunque los 1.100 casos denunciados el año pasado en Cataluña "son sólo la punta del iceberg", según el secretario de Familia, Ramon Terrassa, las prospecciones institucionales revelan que un 6 % de las personas mayores sufren algún tipo de maltrato en el ámbito familiar, cifra que se incrementa hasta el 10 % en el caso de los ancianos que viven en residencias o van a centros de día.
El protocolo incluye un plan de formación para los profesionales de los servicios sociales y un plan de comunicación para sensibilizar a la población y animarla a denunciar los casos que conozca con la edición de 2.000 libritos con el protocolo.
"Hablar de los malos tratos a los ancianos es la primera manera de poderlos abordar y tomar conciencia", ha afirmado el conseller, tras destacar que se trata de un fenómeno frecuente, pero oculto.
El protocolo define el maltrato a las personas mayores como "todo acto u omisión sufrido que vulnere la integridad física, psíquica, sexual o económica, el principio de autonomía o un derecho fundamental del individuo que percibe o constata objetivamente con independencia de la intencionalidad y del medio donde tiene lugar: familia, comunidad o instituciones".
El documento también especifica diferentes tipologías de maltrato físico, psicológico, emocional, económico, por negligencia, abandono o por vulneración de derechos, incluso el "edatismo", que es la discriminación por razón de edad, además de reflexionar sobre los cambios sociales que se están produciendo por el aumento de la esperanza de vida y lo que ello conlleva en los entornos familiares.
El protocolo señala que las formas más frecuentes de maltrato en los centros de día o residencias son "el confinamiento con medios no autorizados, sean sustancias químicas o barreras físicas, el aislamiento como castigo o por comodidad personal, la contención mecánica, la infantilización en el trato, la despersonalización y la privación de intimidad".
También se dan casos de abusos económicos, con la venta o transmisión de bienes, los recargos en los gastos farmacológicos, la negligencia y los maltratos psicológicos.

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