- Fue un 'castigo' porque el mayor de ellos no había hecho los deberes.
- Ha sido condenada por un delito de maltrato continuado hacia su hijo y por otros dos de lesiones hacia este menor y su hermana. (enlaces a noticia relacionada)
La mujer admitió los hechos, se conformó con la pena y ya ha ingresado en prisiónhttp://www.elcorreo.com/alava/v/20120216/rioja/seis-anos-carcel-para-20120216.html
El padre de los niños, ayer, en la sala de vistas del Juzgado de lo Penal número Uno de Logroño
- El hijo mayor es hiperactivo y presenta síntomas de desatención e impulsividad- Los Servicios Sociales detectaron marcas y hematomas en el cuerpo del niño desde 2007- Ambos menores se encuentran ingresados en una residencia tutelada por la Comunidad riojanaLa mujer que quemó las manos izquierdas de sus dos hijos, de doce y siete años de edad, en la vitrocerámica de su domicilio de Agoncillo porque los pequeños no habían hecho los deberes ya ha ingresado en prisión. Tras un juicio celebrado ante la magistrada del Penal número Uno de Logroño el pasado 18 enero -y cuya información previa fue publicada por un error ajeno a este medio de comunicación el pasado domingo, día 12 de febrero-, la procesada admitió los hechos que se le imputaban y se conformó con las penas acordadas entre las partes.En total, ha sido condenada a cinco años y once meses de cárcel por tres delitos. El fallo judicial derivado de este acuerdo de conformidad impone a R. C. D. D. una pena de un año y nueve meses de prisión por un delito de violencia habitual ejercida sobre su hijo mayor, de doce años en el momento de los hechos. Señala también que la mujer no podrá aproximarse a menos de 200 metros de su hijo durante tres años y le priva del derecho a la tenencia y porte de armas durante otros cuatro años.El veredicto judicial condena a la madre a otros dos años y un mes de prisión por un delito de lesiones, ejercidas también sobre su hijo mayor, y a no aproximarse a él durante un periodo de cinco años.Por último, la resolución de la magistrada impone otros dos años y un mes de prisión por un segundo delito de lesiones contra la hija pequeña de la condenada, de siete años cuando sucedieron los hechos que se juzgaron el pasado mes de enero. Establece también que la mujer no podrá acercarse a su hija a menos de doscientos metros y durante otros cinco años.La sentencia considera probado que la condenada estaba casada desde hacía más de siete años con A. J. D. C. y que ambos convivían desde junio de 2007 en Agoncillo con la hija que tenían en común y con el hijo de su mujer, fruto de una relación anterior.El hijo había sido diagnosticado de un trastorno de déficit de atención, por lo que presentaba síntomas de hiperactividad, desatención e impulsividad. Por esta razón, el pequeño estaba siendo tratado médicamente desde junio de 2009.Relata igualmente el veredicto que la condenada mantenía una relación «muy conflictiva» con su hijo, «al no tener habilidad para manejarlo». La situación le llevaba a menudo a «perder el control de sus emociones y a recurrir a la violencia física, golpeándole con las manos, pies, palos, sillas y todo lo que encontrara por todas las partes del cuerpo». Además, esta violencia se hacía extensiva también a su hija.Miranda de Ebro y AgoncilloDebido a los golpes, el hijo de R. C. D. D. acudía al colegio presentando marcas y hematomas, al menos desde 2007, ya que está constatado que los Servicios Sociales de Miranda de Ebro, localidad en la que la familia residió hasta junio de ese año, habían intervenido en el asunto. Ya trasladados a Agoncillo, por motivos de trabajo del padre de los niños, los Servicios Sociales de la agrupación de municipios de la zona también conocían la violencia ejercida sobre los pequeños, debido a las denuncias interpuestas por los colegios a los que acudían los niños.El 8 de febrero de 2010, la condenada acudió al centro educativo para entrevistarse con el tutor de su hijo. El profesor le informó entonces de que el niño no llevaba hechos los deberes en algunas ocasiones. La mujer, al llegar a su domicilio, sobre las 18:00 horas de ese mismo día, «comenzó a golpearle indiscriminadamente con el tubo del aspirador por todo el cuerpo». Después, cogió a los dos menores y les obligó a colocar sus manos izquierdas sobre la vitrocerámica encendida, donde «las mantuvo durante un rato».Cuando los pequeños acudieron al colegio al día siguiente, el director del centro fue informado de que ambos presentaban quemaduras en las manos, por lo que informó inmediatamente de los hechos tanto al médico de la localidad como a la Guardia Civil.Veintidós días de curaciónLos menores fueron trasladados al Hospital San Pedro para ser atendidos de sus lesiones, que resultaron ser en ambos casos quemaduras de segundo grado en la cara palmar de ambas manos izquierdas que tardaron en curar 22 días, diez de ellos incapacitantes. Además, el personal sanitario advirtió la presencia de contusiones en hombro, brazos y piernas del menor.Desde ese mismo día, los dos menores fueron declarados por las autoridades competentes en situación de «desamparo de urgencia» y acogidos en una residencia tutelada por la Comunidad Autónoma de La Rioja. Veinticuatro horas después -el 10 de febrero de 2010-, el Juzgado de Instrucción número Tres de Logroño, que se encontraba de guardia, impuso a la madre la prohibición de aproximarse a menos de 200 metros de sus dos hijos, así como de comunicarse con ellos por cualquier medio. También se le suspendió la patria potestad sobre ellos y ambas medidas fueron ratificadas con posterioridad por el Juzgado de Instrucción número Dos de Logroño.Durante los meses siguientes al ingreso de ambos menores en la residencia tutelada por la Comunidad riojana, su madre continuó con el tratamiento farmacológico prescrito con anterioridad por un episodio depresivo preventivo de un posible intento de suicidio, derivado de la «afección» que le causaron las dificultades educativas de su hijo mayor.
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