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jueves, 24 de septiembre de 2009

«El odio hace que algunos padres y madres usen a sus hijos como armas»



Desde que se acuñó el término de síndrome de Alienación Parental (SAP), es decir, el conjunto de síntomas psicológicos que sufren los hijos e hijas que son manipulados por uno de sus progenitores en los procesos de divorcio conflictivo, hay opiniones encontradas sobre la veracidad de su existencia. Algunas organizaciones feministas y juristas lo rechazan por carecer de reconocimiento científico, pero otros especialistas de la salud y estudiosos alertan de sus consecuencias en la estabilidad emocional de los hijos. El psiquiatra alemán Wilfrid v. Boch-Galhau, autor de varios estudios y artículos sobre el SAP, explicó ayer en el congreso internacional que se desarrolla en León, organizado por SOS papá, su experiencia en la consulta.
_Desde su experiencia clínica ¿cómo detectó y por qué decidió profundizar en este síndrome?
-”Soy psiquiatra desde hace treinta años y llevo doce especializándome en este síndrome. Cada vez hay más hijos e hijas adultos de divorciados con problemas psicosomáticos considerables. También tengo pacientes, sobretodo padres, pero también madres, que han perdido todo contacto con sus hijos después de la separación. Estos pacientes llegan a la consulta con tendencias suicidas. He descubierto la importancia que tuvo para ellos la ruptura de la pareja de sus padres como detonante y transfondo de esos problemas psicosomáticos.
-”Hay profesionales que consideran que la defensa del SAP es una ideología machista y niegan que exista.
-”Conozco esa discusión. La alineación parental es un concepto de psiquiatría infantil que se estudia a nivel profesional. Hay mucha ideología en esta discusión. El síndrome de Alienación Parental es con lo que más trabajan los que se ocupan de los hijos tras los divorcios. Es reconocido que los niños que viven las crisis de divorcios conflictivas están bastante manipulados y frustrados, y ese es el tema central de la discusión. El recuerdo y la voluntad infantil están tan manipulados que el niño, en este marco del proceso de separación, de forma radical y fanática, rechaza a una de las partes a partir de un momento dado. La alienación puede realizarla el padre o la madre. A mi consulta llegan cada vez más madres afectadas porque son rechazadas radicalmente por el hijo sin justificación alguna. De este grupo de niños es de lo que se está tratando aquí.
-”¿Cómo puede distinguir un juez si el padre o la madre no está diciendo la verdad y protege a sus hijos e hijas de los abusos o el maltrato?
-”Ese es el punto clave. Los peritos de los juzgados tienen una labor importante y deben hacer el diagnosticarlo detalladamente en los juzgados.
-”¿Qué solución propone para el consenso?
-”Este fenómeno es relativamente nuevo en la discusión aunque la manipulación de los niños es un tema muy viejo. En la literatura hay casos descritos. Pero el reconocimiento de la patología será a largo plazo, ahora no está reconocida como tal. La investigación reconoce la importancia de la influencia que padres y madres, tanto para niños como para niñas, tienen para el desarrollo de una identidad infantil sana. Tenemos ya investigaciones en Alemania, con estudios a largo plazo, de niños que han perdido a su padre antes de los seis años, bien por la muerte de los padres durante la guerra o por el aumento de los divorcios actualmente. La investigación evidencia que los niños necesitan a las dos partes, padre y madre, como figuras de identificación. Goethe decía que el niño necesita buenas raíces para crecer a la vida. Si un niño sólo tiene una pierna puede caminar, es posible, pero se tambalea, y en futuros matrimonios habrá muchos problemas si un hombre no se hizo hombre sin saber en qué consistía la masculinidad, y lo mismo se puede decir para las mujeres. Ese es el transfondo. El problema de estos niños es el secuestro y la alienación. Esto lo entiende cualquiera. A un niño que ama por igual al padre y a la madre y se le quita uno, se le roba una parte, se le excluye de tal manera que después no sabe quién es, o se identifica totalmente con la parte que le custodia o le cuida, es dependiente y rechaza radicalmente a la otra parte.
-”¿El SAP se puede producir también en las parejas que no se divorcian?
-”Se puede, pero el problema es la manipulación masiva de un niño. Tenemos un fenómeno parecido que es el síndrome de Estocolmo, que se manifiesta con dependencia, miedo e identificación. Los críticos al síndrome consideran que lo principal en el menor es el conflicto de lealtades y no quieren decir que una madre o un padre que actúa por puro odio contra su ex, puede ser el motor para utilizar al niño como arma para vengarse. Esto no se dice por una lucha ideológica y sexista. Algunas conductas de los progenitores manipuladores es prácticamente como un sistema de sectas. Hay investigaciones que comparan a los padres manipuladores con el sistema de las sectas. Estos casos son un 15% de los divorcios conflictivos.
-”¿Hay un perfil de padres y madres alienadores o cualquiera puede llegar a manipular?
-”El problema surge de la propia biografía de los cónyuges. Ahora las parejas tienen uno o dos hijos y se convierten en una salvación. Los padres y madres que presentan una inestabilidad interior porque vivieron en sus familias problemas traumáticos, hablamos de personalidad narcisista no reconocible porque está detrás de la cortina, utilizan al niño para su salvación.

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